Autor: Blanca Cortés

Eugenio Recuenco en el Centro Cultural Gaya Nuño (Soria) con motivo de la exposición Las mil y una noches. Elaborada por Blanca Cortés

La segunda acepción de referente, según la Real Academia Española (RAE), es “Término modélico de referencia”. En cualquier proceso creativo es común recurrir a esta figura a modo de inspiración, algo que no es ajeno a la Fotografía. Y es que, para abordar cualquier proyecto artístico, conviene tener la cabeza bien amueblada y para eso tan sólo hay que seguir unos cuantos consejos como empaparse de lecturas, visitar exposiciones y museos, ir al cine o escuchar música.

Seguro que Eugenio Recuenco se refugió en todos esos recursos para dar forma a su extraordinaria forma de contar con sus imágenes. Desde Edward Hopper a Stanley Kubrick, pasando por los personajes de cuentos infantiles o el cine mudo de Buster Keaton, conviven en una desatada imaginación que no se esconde incluso cuando se trata de un encargo.

Estudiando Bellas Artes quiso ser pintor, pero Cristina García Rodero le abrió los ojos a otra disciplina a través de la cual poder expresarse: la fotografía. Moda y publicidad supusieron el punto de arranque en su carrera. Sin embargo, esa etapa parece ya diluirse en el pasado. Sin renegar de ella y reconociendo el tremendo aprendizaje que le aportó, siente que ya no le sirve para contar todo lo que quiere. Es por eso por lo que se embarcó en el impresionante 365º, un retablo de imágenes retroiluminadas que se convierten en una instalación diferente en cada lugar que se exponen. Ahí vuelven a aparecer sus referentes, filtrados por una particular mirada capaz de transformar estas imágenes en una acumulación extraordinaria de realidades colmadas de belleza. La historia actual, el arte, el cine, la política o la literatura se entrelazan formando un fresco que no se queda en lo anecdótico, sino que nos arrastra a la necesaria reflexión.

Por suerte, este año hemos podido disfrutar, gracias al festival de fotografía OnPhoto SORIA, del germen de su siguiente trabajo: Las mil y una noches, en el que Recuenco se transformará en un fotógrafo diferente en cada sala haciendo uso de técnicas diferentes para volver a mostrarnos su particular visión del mundo.

En definitiva, el fotógrafo no es aquél que coge la cámara y dispara, sino aquel que es capaz de contarnos historias con sus imágenes. Eugenio Recuenco lo hace con la sutileza del artista y su apabullante carrera le acredita de sobra para que sea uno de nuestros referentes indispensables.