Autor: Rodrigo Sedeno y María Teresa
El origami es el arte que permite crear figuras en papel mediante el doblado del mismo. El término origami es japonés y viene del verbo “oru” que significa doblar y “kami” que significa papel.
El origami clásico parte de un trozo de papel cuadrado que se transforma en formas según sea su patrón de plegado. Con frecuencia, se atribuye el nombre de papiroflexia al origami pero este último, a diferencia de la papiroflexia, no utiliza pegamento ni realiza cortes en los módulos utilizados en sus creaciones según afirman los puristas de esta técnica.
Existen más de 80 tipologías de origami según el tipo de plegado, el papel que se utiliza, etc. pero podemos englobarlas todas en:
– Origami de acción. Denominado así por tener movimiento la figura creada cuando se manipula.
– Origami modular. Se crean varios módulos idénticos que se ensamblan entre sí para realizar nuevas figuras.
– Plegado en húmedo. Produce figuras con curvas. Para ello se trabaja el papel humedecido para que adquiera la forma deseada.
– Origami pureland. Creado en la época de los 70 para aquellos que tenían una movilidad limitada o se iniciaban en esta actividad. Se permite hacer un único pliegue a la vez en las figuras
– Teselados o teselaciones. Consiste en la repetición de figuras geométricas en una sola hoja cubriendo la superficie sin dejar huecos.
El origen del origami es muy antiguo. Las primeras figuras de papel de las que tenemos indicio nos remontan a China alrededor del siglo I o II d.C. Posteriormente, es llevado por los monjes sintoístas a Japón en el S.VI donde es utilizado en ceremonias religiosas. Entonces, nobles y ricos comienzan a realizar figuras en papel como divertimento ya que la clase baja no podía asumir el alto coste del papel debido a la escasez del mismo. Una vez popularizado en Oriente se cree que llegó a Europa por medio de los musulmanes entre los siglos IX y XII, contribuyendo también los comerciantes que hacían la ruta de la Seda y/o los conocidos viajes de Marco Polo.
En 1614, llega a España la primera misión diplomática de Japón con intención de establecer relaciones comerciales con Felipe III; es enviado un samurái de confianza del emperador (Era Keicho) y después de permanecer un tiempo en nuestro país sin obtener resultados parte hacia Roma. Este acontecimiento favoreció el conocimiento y divulgación del arte de plegar papel en Europa antes de que Japón cerrara sus fronteras al mundo poco después.
Será ya en el siglo XVIII donde encontramos el feed-back ente ambas culturas en las ilustraciones que se ven en el libro “Ram- ma- zushiki” donde observamos figuras europeas (barcos) con figuras propiamente japonesas (grullas) Una diferencia que puede observarse en el plegado occidental es la utilización de pliegues en 45° frente al oriental en 22.5°. Esta disciplina tuvo en Europa diferentes nombres durante esa época, entre ellos «Paper Amusettes». En esa fecha ya aparecen representaciones del arte del origami en algunas pinturas como la obra “María Letizia Murat con un busto de Napoleón” (1806) de Jeanne Elizabeth Chaudet
Maestro indiscutible de esta disciplina es Akira Yoshizawa (1911- 2005), artista japonés que revolucionó y elevó el origami a la categoría de arte. Creó más de 50000 modelos a la manera tradicional aunque fue pionero en técnicas como el plegado en húmedo. En su libro “El nuevo arte del origami”, nos hace partícipes de un nuevo código, reconocido internacionalmente, para diagramar las figuras.
Actualmente es indiscutible el papel que esta ciencia tiene en campos tan diferentes como el diseño, educación, geometría, matemáticas, medicina, pedagogía, etc.




Para concluir, no podemos olvidar los beneficios que esta disciplina puede reportar al ser humano: mejora la concentración, la comprensión de la geometría, la destreza manual, elimina el estrés y potencia la creatividad. Por todas estas razones, animo a todo el mundo a que se inicie en esta práctica.
A continuación vamos a ver la aplicación del origami en algunos trabajos de módulos realizados por alumnas.