Autor:Javier Vicario

Croneneberg, un director de cine intrínsecamente relacionado con el estudio del ser humano, explora en gran parte de su filmografía la estrecha relación entre el cuerpo y las emociones y lo vehicula, en gran parte de su obra fílmica, en diferentes géneros como en la ciencia ficción y el terror.
En este último, destaca como uno de principales referentes de un subgénero del terror llamado body horror, cuyas características más identitarias se centran en la representación, de una manera bastante gráfica y visceral, sobre cómo un cuerpo se transforma, e incluso, llega a su degradación. Y ha sido su sello identitario desde la década de los 70 hasta la actualidad. En palabras de la crítica Analia Yanil Coliva, la obra de este director, claramente expone el cuerpo como eje central de su obra, porque “en él hay un poder de transformación. No solo el sujeto es un cuerpo, sino que este cuerpo porta las marcas, los síntomas y los estigmas de su devenir, incluso monstruoso.”
Toma este elemento como punto de partida, desde esa óptica de crudeza visual, para exponer al desnudo aquello que nos define: las preocupaciones, intrínsecamente , anhelos, deseos; junto a otras diferentes piezas que conforman el poliedro que es, en sí, el ser humano.
Alguno de sus temas está conectado -algunas veces, literalmente- con una retorcida manera de exploración creativa que propone el arte. El propio concepto que supone la capacidad creativa, un vehículo de expresión y conexión; el énfasis de una manera de exponer lo que somos o hemos llegado a ser.
Un director inconformista, que no duda en hablar del poder creativo desde lo orgánico, la mirada crítica y expositiva sobre debates de temas universales. Un acercamiento a una obra poco común, irreverente.